El derecho y el deporte en pocos momentos se unen y suelen repelerse mutuamente en dichos momentos, el dulce compromiso de un padre con su hijo suele ser una escusa para que los padres, en virtud del principio de patria potestad, perjudique a los clubes formadores de fútbol "expropiando" a los menores para llevarlos a clubes de fútbol más importantes, poniendo la salvación familiar en cabeza del joven player.
Como contrapartida, el fútbol parece muchas veces trastocar los limites de los derechos humanos cuando tomamos noticia, periódicamente, de casos de jugadores "propiedad" de grupos empresarios o de clubes a cuyas ordenes deben someterse bajo pena de no poder ejercer su profesión.
Sin embargo, hoy, 11 de agosto de 2009 el fútbol y el derecho parecen pasar por su peor momento en su relación, con la espada de Damocles del divorcio pendiendo sobre el lazo que los une. Esto es producto de la idea del presidente de la Asociación de fútbol Argentino, Julio Grondona de rescindir unilateralmente el contrato de televisación con la empresa TSC (Televisión Satelital Codificada) el cual finaliza en 2014.
Sin dudas la postura mayoritaria de la doctrina jurídica responderá rápidamente proclamando la autoridad de la voluntariedad de los actos jurídicos como principal estandarte para defender la validez y plena vigencia del contrato existente entre las partes. Sin embargo, no siempre lo que brilla es oro….
El contrato vigente entre la AFA y TSC fue producto de la aquiescencia jurídica de ambas partes y el cual viene haciéndose cumplir a rajatabla desde hace casi 20 años sin mayores inconvenientes. (Art. 1137 del Código Civil: Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos.)
No obstante ello, resulta imprescindible entender que, más allá de las previsiones del Art. 1198 del Código Civil al disponer "….Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión…" debe entenderse en la real dimensión que opera hoy en día en la producción de ingresos a clubes y televisión (diferente de una década atrás).
Tomando a España como modelo de infraestructura fútbolística, cada club negocia con las empresas de televisación, la distribución de su imagen en las forma$ que más le convengan al club, sin embargo esto desemboca en el problema de los clubes que por diferentes motivos no tienen el poderío del BarÇa o del Real Madrid.
El resultado de ello es tanto positivo como negativo, el aspecto negativo los sume en una difícil situación de partida, en la cual deben competir igual a igual con clubes poderosos económicamente para obtener un ingreso inferior por derechos de televisación que, desinteresada en acompañarlos, ofrece pesetas. Sin embargo ello puede sacar lo mejor de los equipos más humildes que quieran participar en la elite mundial, recogiendo los valores de las canteras y sacándole lustre al verdadero brillo del fútbol y del deporte mundial.
Tomándonos un charter de vuelta, la realidad Argentina se encuentra subsumida en otro cuestionamiento, los clubes de fútbol han exhibido los ejemplos de las peores administraciones que se puedan recordar y testimonio de ello son: el pago de viajes a barra bravas al mundial, contratos rescindidos unilateralmente con directores técnicos tras pocas fechas de asumir el cargo y contrataciones inexplicables desde el aspecto económico y fútbolístico.
No obstante que el principal caballo de batalla de la suspensión del fútbol devino del incumplimiento de los salarios a jugadores, resulta el Estado Nacional el principal acreedor de los clubes de fútbol, con motivo del reiterado y sostenido incumplimiento de los deberes fiscales por parte de los clubes de fútbol.
La suma total adeudada por los clubes a la Administración Federal de Ingresos Públicos resulta ser la astronómica suma de $ 300 millones, es por ello que el Estado Nacional, subrogando ciertos derechos como acreedor, a tomado la firme decisión de participar en la transmisión del torneo apertura del corriente año.
Para el caso, resulta menester recordar que los clubes de fútbol no son empresas privadas (aunque muchas veces lo parezcan) sino que son simplemente entidades sociales y deportivas que cumplen una función trascendental en la formación psíquica y física de los jóvenes (y los no tanto).
La principal critica instalada por los medios pertenecientes al denominado "Grupo Clarín" (ah! del cual TSC es parte también) resulta ser la astronómica suma que propuso abonar el gobierno a la AFA para el cumplimiento de las obligaciones contraídas, asumiendo dicha Asociación el potencial y casi inminente proceso judicial en su contra.
Las cifras arrojadas suman $ 600 millones, sin embargo, algo que omiten mencionar es que EL ESTADO ES ACREEDOR DE LA MITAD DE LA ACTUAL DEUDA, razón por la cual, por compensación, el total a aportar por el Estado Nacional es, por el primer año, la mitad de lo afirmado. (Art. 818. La compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos personas por derecho propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra deuda. Ella extingue con fuerza de pago, las dos deudas, hasta donde alcance la menor, desde el tiempo en que ambas comenzaron a coexistir.)
No obstante ello, cuando pensamos ¡$300.000.000 para el fútbol! Nos viene a la mente las imágenes ya cotidianas de desnutrición infantil, familias que habitan en "plantas de tratamiento" de residuos y los ojos se nos llenan de lagrimas. Sin embargo, la lógica por la cual la existencia de pobres debe apartar al estado de cualquier otra materia que no sea social, lleva a un reduccionismo que más que infantil, resulta perverso.
El estado es la institucionalización de los intereses de cada uno de los integrantes de la comunidad-sociedad y debe por ello responder a los intereses y las necesidades de todos. La idea de la porción de torta destinada a planes de acción social que se le sirve al joven niño Julito Grondona es tan burdamente proyectada por los interesados, que es necesario dudar de ella.
La torta está para todos y el caso como los fondos destinados a las inundaciones en Tartagal, que no llegaron a los principales damnificados ocurrió antes y sin relación alguna con el tema fútbol.
Ellas fueron producto de la "mano" de, en este caso, el cuñado del intendente (Fredy Orlando Medina Biasutti) que decidió hacer valer su derecho familiar para utilizar y disponer de un dinero con otro fin.
La torta está servida y hay suficientes porciones para todos, es cuestión de soplar las velitas y repartirlas equitativamente, sin embargo, cuando el que corta la torta mete el dedo en crema chantilly, poca responsabilidad pueden tener los otros comensales.
El problema de la pobreza no se solucionó durante años con fútbol codificado, el fútbol codificado, en los casi 20 años de existencia solo marcó la brecha entre ricos y pobres, entre quienes tienen que trasladarse a un bar o café que proyecte fútbol y quienes pueden verlo en el cómodo living de su casa.
Las cosas se hicieron mal y no vamos a encontrar en el pasado la solución, la solución debe encontrarse de formas más ingeniosas e innovadoras, si el estado requiere comercializar el fútbol, él mismo puede encontrar gran parte de su financiación en sponsors y/o en la licitación de su televisación, sin embargo, teniendo de rehén a la sociedad hasta el domingo a las 22hs poco ha servido hasta el momento.
Será cuestión ahora de evitar que tanto los Biasutti, como los tristemente celebres Muñoz, Aguilar, etc. Sigan haciendo de las suyas y esta vez, no se les puede escapar una a la AFA, porque tendrá 38 millones de jefes que serán el contralor permanente que necesita el fútbol para no volver a este misma instancia.
El fútbol es parte de nuestra identidad nacional y por más burda o estúpida que parezca, nos representa a nivel mundial, por ello, no debe permitirse que nadie se la apropie en virtud de meras cuestiones mercantilistas.